• Albaicín
  • 1962
  • Óleo sobre lienzo
  • 178 x 168 cm

Sobre ese tejido supersticioso de profecías y emblemas ancestrales que constituye el fondo de la pintura de Guerrero a mediados de los cincuenta se desplegarán ahora los gestos. Los movimientos rápidos de la mano que sorprenden al propio pintor, gestos cada vez más visibles, que animan toda la superficie de la tela, hasta amenazar la legibilidad de los signos.

GUILLERMO SOLANA