La presencia de la imagen cinematográfica en centros y museos de arte contemporáneo puede explicarse de distintas maneras. De un lado, recurriendo al populismo de la atracción de nuevos públicos e imaginarios a través de la ubicuidad de la pantalla en el espacio público y privado. De otro, aludiendo a la presentación de otras versiones de la historia, interpretando la relación cine-museo como un desplazamiento en el modelo fílmico dominante en el siglo XX: el de la sala de cine. Por último, no podemos obviar el encuentro físico del espectador con un medio en el momento de su desaparición. El aspecto paradójicamente mágico, el aura de la cámara de cine en el museo alude a la obsolescencia, uno de los elementos determinantes del cine de exposición. En la mecánica del capitalismo, todo medio tecnológico, en tanto que producto de consumo, es superado por otro. En el momento en que esto sucede, el nuevo medio genera nuevos modos de distracción, a la vez que el viejo medio pierde tal fascinación, condición efímera que permite volver a mirar las cualidades propias de lo obsoleto, aquello que le es específico, una vez sustraído de la lógica del mercado. Ésta parece ser la situación del cine en el momento de su desmaterialización, de su digitalización y redistribución en el espacio de internet.

Originario del ámbito del Instituto Di Tella de Jorge Romero Brest, centro-laboratorio de la neovanguardia argentina, en poco tiempo David Lamelas (Buenos Aires, 1946) inicia una fuga hacia diferentes ciudades y espacios de producción (Inglaterra, Bélgica, Alemania, Estados Unidos, Argentina…), lo que ha motivado que se le considere como primer artista postnacional. Al mismo tiempo, la huella efímera de lugares y personas en sus trabajos ha querido relacionarse con la recomposición imposible de la esfera pública. Intentar clasificar la obra de Lamelas en los estilos y movimientos de postguerra es entender cómo, mientras para otros artistas significan un punto de llegada, para él no son más que un punto de salida. En pocos años, Lamelas pasa del pop crítico al minimalismo, de éste a la crítica institucional; de la crítica institucional al conceptual; de éste a la ironía apropiacionista y de ésta al cine de exposición. Esta exposición propone su relación con el cine a diferentes niveles como un modo de entender su trabajo en conjunto y, al mismo tiempo, como una manera de concebir la relación cambiante entre cine y espacio museístico.

  • Fechas: 23 de abril al 12 de julio de 2009
  • Lugar: Centro José Guerrero
  • Comisariado: Chema González y Yolanda Romero
  • Colabora: Centro José Guerrero