Algunos artistas han sentido la necesidad de prescindir de la componente visual de su trabajo. Esta exposición trata de esbozar un mapa con los resultados de esa necesidad. No se trata de encontrar situaciones en las que la imagen se cruce con el sonido o viceversa. Tampoco de una exposición de Arte Sonoro. En el arte contemporáneo, como en la cultura audiovisual, el oído está unido a la vista casi tan indisociablemente como el paladar al olfato.

Lo que esta exposición intenta es reunir un conjunto de obras que hacen que el ojo se vuelva hacia adentro (para usar una antigua metáfora socrática) a partir de una vibración. El fundamento de La exposición invisible se encuentra en la búsqueda de tres ejes de referencia en el arte de nuestros días: la espacialidad, la narratividad y la transversalidad entre el campo auditivo y el campo visual.

Las artes visuales se han propuesto, a lo largo del siglo XX, el establecimiento de una permanente presencia del desvío, del transporte o de la fuga. También recurriendo al uso de la voz, nos transportan a otros lugares o situaciones. El sonido instaura espacios o los convierte en otros lugares, utopías. Su vivencia pasa a estar totalmente condicionada por un elemento que, sin ser visual, ocupa el espacio, empujando al espectador a tomar conciencia de que su cuerpo está siendo moldeado en sonido, tanto física como emocionalmente.

Este Museo, por ello, no está vacío. Lo que lo llena no se ve, pero está ahí.

  • Fechas: 6 de febrero al 8 de abril de 2007
  • Lugar: Centro José Guerrero
  • Organiza: Centro José Guerrero, Empresa Pública de Gestión de Programas Culturales, Consejería de Cultura. Junta de Andalucía y Centro de Formación Continua. Universidad de Granada
  • Comisariado: Delfim Sardo